El cliente, un joven empresario de la zona, necesitaba realizar un hostal donde pudiese hospedar a los visitantes y a la vez vivir en él. El programa consistía en 4 habitaciones en suite para huéspedes, una vivienda particular, una cocina comercial y un restaurante donde los huéspedes pudieran degustar de la cocina local.

El sitio elegido para este emprendimiento es un predio de 720 m2 con mucha sombra natural y varios árboles autóctonos, ubicado a pocas cuadras del mar. Un claro en el centro del predio resultó el lugar ideal para emplazar el proyecto sin necesidad de eliminar los árboles existentes.

La dificultad de este proyecto radicaba en garantizar la independencia y la privacidad de las diferentes actividades que se iban a realizar en tan pocos metros construidos. La solución encontrada fue dividir el proyecto en tres construcciones independientes, dispersas en el terreno y conectadas entre sí por senderos naturales: una para las habitaciones, otra para la vivienda y otra para el restaurante. El dividir el programa en tres unidades evitó tener que eliminar los árboles existentes y respetar de esta forma las características del lugar.